Preguntas Frecuentes

  1. Home
  2. PREGUNTAS FRECUENTES

Las cenizas de los difuntos católicos no se pueden esparcir, ni dividir, ni mantener en casa. Tampoco se pueden crear joyas a partir de ellas. «La Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en cementerios u otros lugares sagrados».

Cuando una persona fallece en casa, lo primero que debe hacer la persona que esté con ella es llamar a un médico para que certifique su muerte. Puede llamar al centro de salud o al 911. Si la muerte sucede en un hospital o en una residencia geriátrica, los trabajadores se encargarán de este trámite. El médico será el que determine si la muerte ha ocurrido por causas naturales o si es necesario realizar una autopsia al cadáver. En el primer supuesto, emitirá el Certificado Médico de Defunción. De lo contrario, el cuerpo será enviado al Instituto Anatómico Forense. Una vez certificada la muerte, es el momento de llamar a la compañía aseguradora o a la funeraria para comenzar con la organización del funeral (traslado del cadáver al tanatorio, organización del velatorio, entierro o incineración, etc…).

El proceso de embalsamar el cadáver de un difunto consiste esencialmente en aplicar unas sustancias químicas en el cuerpo para frenar o detener temporalmente su descomposición. El objetivo es preservarlo para que pueda ser velado en un funeral y darle la oportunidad a familiares y amigos de verlo por última vez.

Scroll al inicio